Como es habitual en la mayoría de parejas, llega un momento en que se pierde la magia y la ilusión. Después de 20 años, momentos buenos y malos (la inmensa mayoría buenos), miles de kilómetros de carretera y, sobre todo, muchas risas ha llegado el momento de tomar caminos separados. Se trata de un divorcio amistoso, no nos hemos tirado los trastos a la cabeza y seguimos siendo buenos amigos. Dejamos atrás más de mil conciertos y siete discos publicados. Queremos agradecer a toda la gente que nos ha seguido durante todo este tiempo su apoyo y su cariño (la lista de agradecimientos sería interminable). Besos, abrazos y/o pellizcos para todas y todos. Nos seguimos viendo por los bares.
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